jueves, 15 de julio de 2010

¿NUEVA ALIANZA? Primero fue Sonora, luego Sinaloa.


Ya lo dijo Ebrad, la yo dijeron los lideres nacionales de los partidos políticos del PRD Y DEL PAN, ya lo comentó todo mundo después de las elecciones del 4 de julio pasado, que en Nayarit habrá alianza de partidos opositoras a la representación partidista que hoy día gobierna esta entidad. Leo con atención como algunos “expertos" en el tema pretenden minimizar el triunfo de las alianzas en tres estados del país, donde a decir de los ganadores, se gobernará a más de ocho millones de personas; recordemos que en el dos mil seis la Alianza por México sacó solo nueve millones doscientos treinta y siete mil votos, en aquella alianza que hizo el PRI, donde se fue a la lona con un indeseable tercer lugar. Dos lecturas, primera: ocho millones de personas no son ocho millones de votos, en efecto, pero el número de electores de esas tres entidades ya los hubiera deseado el PRI en la elección del 2006 y segunda lectura: el PRI también sabe hacer alianzas; no veo entonces el motivo para tratar de descalificar el avance democrático de los partidos que hoy día obtuvieron contundentes triunfos aliados en tres entidades federativas. ¿A quien le importa para qué partido fueron los votos de las alianzas? evidentemente el voto fue contra la gestión del gobernante en turno ligado a tal o cual filia política; si bien es cierto algunos candidatos emergen del propio partido al cual oposicionan, es precisamente porque no se dan las coyunturas democráticas al interior del propio partido político. No es de extrañar el comentario de militantes con muchos años de filia al revolucionario, cuando argumentan que en el caso de las alianzas ganó el mismo PRI, porque se trataba de expriistas, vaya consuelo. ¡Claro! sí ese partido gobernó casi todo el siglo pasado, ¿que esperaban? El caso es que en Nayarit, con un insignificante número de empadronados en comparación con el Estado de México, se jugarán la gubernatura y ya todo mundo anunció que habrá alianzas. La formula como ya lo sabemos, es postular un candidato popular, que emerja del partido que sea, de los aliancistas o no, de la sociedad civil o del bando contrario incluso y el partido de siempre que imponga al candidato de las confianzas del gobernante en turno o el que decida su comité nacional. Por lo pronto en Nayarit, en dos de los tres distritos electorales federales en las elecciones del 2009, triunfaron indistintamente el PAN y PRD, hoy protagonistas de las multicitadas alianzas, sólo en un caso ganó el PRI en el norteño distrito, con un candidato que tiene su residencia en Tepic y que fue su alcalde. ¿A quien le importa a que partido se van los votos de las alianzas? ¿Y la pulcritud doctrinaria?, si algunos militantes destacados se acusan de no conocer donde están ubicados los baños en el edificio de su partido. Los encantos y desencantos de la gestión pública es lo que da triunfos en los estados o la implacable derrota, depende de la filia o el color del cristal con que se mire; seis años son demasiados para gobernar un estado, debería pues repensarse la gestión de 4 años y permitir la reelección, para que con método y medición, el gobernado pueda evaluar la gestión del mandatario. Queda un año para la elección y la reforma a la constitución en materia de aspiraciones electorales obliga a renunciar o despedirse con demasiada anticipación de sus desempeños públicos a los pretensos. Haber que dice la Corte al respecto. Carpe Diem.